Resulta que mi mundo ha cambiado, todo sucedió alrededor, se esfumaron los límites y salí disparada por el aire, como en el hexagrama 59, La Disolución.
Consulté qué pensaba de volver a escribir en este blog. Porque siento que, por un tiempo más o menos acotado, la cosa se ha quedado tranquila y me siento nuevamente inspirada y con capacidad de sostener.
Me ha respondido con el hexagrama 25, La Inocencia, mutando en la quinta línea al hexagrama 21, La Mordedura Tajante.
Es decir; sí, no usé remedios cuando la cosa se desarmó alrededor, no proviene de uno mismo y el paso del tiempo termina por acomodar cada cosa en su nuevo lugar. Algo sobrevive y algo desaparece para siempre y éso sólo es así. Sin explicaciones.
Luego, uno puede retomar su vida.
Este hexagrama y esta línea me ha salido en esos momentos en que uno es arrastrado por los acontecimientos, que no dependen de uno mismo. Que sólo suceden.
Todo en la quinta línea y, aunque el 25 nada puede hacer para cambiar sus circunstancias, sí puede dejar que todo transcurra naturalmente mientras vive atento al trueno interior.
Es una toma de consciencia muy extraña, se las recomiendo en estos casos.
Bueno, he tenido algunas ideas para comenzar.
Trasladaré a este blog los artículos de I Ching que estuve escribiendo en el otro. Y en el otro dejaré los de Astrología y cambiaré su nombre.
Cuánto podré hacer, no lo sé. Durará lo que dure, no depende de mí.
Saludos.
Consulté qué pensaba de volver a escribir en este blog. Porque siento que, por un tiempo más o menos acotado, la cosa se ha quedado tranquila y me siento nuevamente inspirada y con capacidad de sostener.
Me ha respondido con el hexagrama 25, La Inocencia, mutando en la quinta línea al hexagrama 21, La Mordedura Tajante.
Es decir; sí, no usé remedios cuando la cosa se desarmó alrededor, no proviene de uno mismo y el paso del tiempo termina por acomodar cada cosa en su nuevo lugar. Algo sobrevive y algo desaparece para siempre y éso sólo es así. Sin explicaciones.
Luego, uno puede retomar su vida.
Este hexagrama y esta línea me ha salido en esos momentos en que uno es arrastrado por los acontecimientos, que no dependen de uno mismo. Que sólo suceden.
Todo en la quinta línea y, aunque el 25 nada puede hacer para cambiar sus circunstancias, sí puede dejar que todo transcurra naturalmente mientras vive atento al trueno interior.
Es una toma de consciencia muy extraña, se las recomiendo en estos casos.
Bueno, he tenido algunas ideas para comenzar.
Trasladaré a este blog los artículos de I Ching que estuve escribiendo en el otro. Y en el otro dejaré los de Astrología y cambiaré su nombre.
Cuánto podré hacer, no lo sé. Durará lo que dure, no depende de mí.
Saludos.