HEXAGRAMA 23 y lo que aprendemos cuando niños

Uno se puede maravillar del diseño de un escarabajo, de su estructura, sus colores, pero lo que es más extraordinario es que camine y vuele. Uno lo da por sentado, porque acá, en este planeta, las formas de la vida son tan abundantes y diversas que termina siendo banal y pocos son los que aún no lo pueden creer. Los que siguen tan extrañados como cuando tenían cinco años.

Ahora hablamos de exobiología e hipotetizamos condiciones ambientales extrañas donde podría haber formas de vida también hipotéticas, esbozos de las formas que, tal vez, podremos encontrar en el futuro.

El hexagrama 22 habla de las formas y de lo que las anima. También de las formas y lo que las crea. Las formas es el trigrama  Montaña visible arriba, lo que las anima o crea es el trigrama Fuego invisible abajo.  La consciencia y sus creaciones, y esto llevado a las dimensiones que puedan pensar.

Se ha asociado al arte por esto de que una obra de arte está viva mientras haya un observador que la anime o porque un artista crea formas. Porque la posición de los trigramas componentes del signo se pueden leer como un ojo con conciencia que mira una forma acabada, Fuego mirando a Montaña. O como la consciencia del artista que crea la forma, Fuego dentro de montaña. 

Tal cual lo estás haciendo ahora al mirar esta forma acabada, una obra de arte está mirando a la otra. Cuando la miras cobra vida como si, por un momento, le prestaras vida. Tus memorias y tu sensibilidad viva de lo que estás viviendo en este momento, eso es lo que le prestas. 

Igual que cuando miramos la forma de un hexagrama y le prestamos nuestras memorias y lo que estamos viviendo para poder interpretar su respuesta.  Porque lo que estamos viviendo es aquello que hizo que preguntáramos al I Ching y eso está sucediendo ahora.

Una consulta sobre el futuro distante, es muy distinta; es como hacer exobiología. 

Uno puede tener memorias del pasado para poder interpretarla, pero nunca tendrá la sensibilidad viva de lo que está viviendo en el ahora y las  herramientas de interpretación se reducirán a la mitad. Solo quedará el pasado para interpretar el futuro y ninguno de ellos está con vida en el ahora.

La consulta oracular sobre el futuro nos muestra una forma sin vida o dormida, un despojo, un cuerpo muerto, un volcán apagado, la estructura, la forma sin el contenido. Sabemos cómo será, pero no cómo se vivirá. Una obra de teatro que espera a ser animada por director, equipo técnico, actores y espectadores.

Entonces, uno puede consultar sobre el futuro, porque este libro no se puede negar a dar una respuesta. Aunque responda con el hexagrama 4, es una respuesta porque dice que el tiempo te enseñará. 

Que eso vivirás, un aprendizaje por ensayo y error. Y te aconseja no ser necio y aprender de tus errores. Que te prepares a rectificar tu rumbo para encontrar tu camino, siempre pegado a la tierra, con los pies en la tierra, como lo hace el arroyo que surge de la montaña, de forma empírica y pragmática. Como cuando no sabías nada, como cuando tenías 14 años y no saber no te impedía vivir.

Interesante esta diferencia entre el 4 y el 22. La forma permanece a la vista, Montaña está arriba, se trata de la misma forma. Pero abajo está Agua en el 4 y Fuego en el 22. Y vuelvo a preguntar,

¿Qué es lo que hace que algo esté vivo y despierto?

Si el 23 es el despojo, la forma sin vida o dormida, el 22 es la animación de la forma por la consciencia y el 4 es la rectificación del rumbo a lo largo del tiempo, lo que hace que algo esté vivo y despierto es que tenga una forma, una consciencia que lo anime y que rectifique su rumbo cuando se mueva a lo largo de su tiempo de vida. Lo mismo que aprendí mirando a Mariquita en el jardín de mi madre.

Y les recomiendo, si no han tenido la fortuna de conocerla a los siete años y recordarlo, mirar un documental sudafricano, Mi Amigo el Pulpo. Está hecho con la mirada del que no lo puede creer, la mirada de un niño. Lo vi en Netflix, pero no sé si aún estará allí.