Hexagrama 24, El Retorno de la Luz, descansar en el abrazo de lo receptivo.
El comentario de las Diez Alas dice que este hexagrama "sirve para conocerse a sí mismo", ¿cómo es esto?
Para comprender mejor, ayuda llegar al hexagrama 24 desde la mutación de la primera línea del Hexagrama 2, Lo Receptivo.
Para un seis en el primer puesto del hexagrama 2:
Cuando se pisa escarcha, se aproxima el hielo firme
A comienzos del invierno el agua cristaliza, se forma escarcha de cristales. Entrado el invierno se hace firme, se hace hielo, los cristales pierden su forma.
Cuando pierden su forma pierden su individualidad, ya no se distinguen unos de otros.
Esta línea avisa de un peligro, el agua amorfa toma formas individuales cuando cristaliza: él, ella, yo, cada uno de nosotros. Pero más allá, cuando el frío y la inmovilidad se prolonga, se compactan entre sí, pierden su forma, se solidifican en una masa amorfa.
La mutación lleva al hexagrama 24, El Retorno de la Luz.
Para un 9 en el primer puesto del 24, El Retorno de la Luz:
Retorno desde poca distancia. No ha menester ningún arrepentimiento. ¡Gran ventura!
Esta línea te hace retornar al hexagrama dos y a su línea uno, la que habla del cristal de hielo.
Es decir que con esta mutación yendo y viniendo entre el 2 y el 24 uno logra mantener su forma individual, su propia forma cristalina, uno no se pierde a si mismo, no se masifica.
Va y viene entre el 2 y el 24 mutando esa primera línea.
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Hexagrama dos, Lo Receptivo |
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Hexagrama 24, El Retorno de la Luz, Retornar |
Como uno no pierde su forma individual también permite a los demás ser quienes son, a sus hijos y esposa, a sus amigos, a sus parientes, a sus vecinos y compañeros de trabajo.
La cercanía obligada durante el ocio obligado no los compacta en una masa amorfa.
¿Cual es el escenario que está presente como analogía en este hexagrama?
Es Enero en la China continental hace 3000 años, es el tiempo del solsticio de invierno, todo está blanco, quieto e inmóvil; está frío y quieto. No se puede trabajar la tierra ni salir de viaje al extranjero, todo se hace en la pequeña comunidad de vida, entre familia, vecinos y amigos.
Hacemos tejidos, hacemos prendas para vestirnos, conversamos alrededor del fuego, nos contamos anécdotas y cuentos, jugamos entre nosotros y con los niños y les enseñamos lo que sabemos hacer, dormimos más, hacemos niños que nacerán en otoño.
Lo tomamos con calma y hacemos un uso racional de las provisiones, cortamos leña, arreglamos las herramientas para la primavera, alimentamos a los animales que conviven con nosotros. Tenemos a donde ir y cosas que hacer.
Tejidos, vestidos, reparaciones, juguetes, tallas en madera, trabajos con los cueros, infinidad de artesanías para las cuales teníamos tiempo en invierno. Todo tranquilo y sin apuro, son tareas que se pueden hacer junto al fuego del hogar y cada uno se esmera en lo propio. Hay tiempo para hacer visitas a los vecinos y parientes cercanos y los días de sol salir a pasear o jugar en la nieve.
De igual manera ahora, cuando es domingo una semana cualquiera de un año cualquiera en cualquier país occidental.
Dormimos mucho, nos levantamos sin apuro de la cama. La ciudad está silenciosa y quieta; si está quieta, está fría. Eso no significa que esté muerta, sólo que está descansando.
¿Cómo usamos el tiempo libre, lo consideramos un tiempo que hay que matar o aquel que nos permite volver a encontrarnos con nosotros mismos? Ocio creativo o tiempo muerto.
Lo característico del hexagrama 24 al respecto del conocimiento de sí mismo:
- Uno descansa en el abrazo de lo receptivo durante su tiempo libre y eso le puede hacer conocer quién es o, por el contrario, llevar a desconocer quién es.
- Cuando usa su tiempo de ocio creativamente a uno ni se le pasa por la cabeza ir a alguna otra parte lejos porque tiene a dónde ir y qué hacer acá cerca.
- Lo que uno hace lo hace por puro gusto, sin apuro y en calma.
- Uno no se aburre y no está matando el tiempo.
- Es necesario conocerse a sí mismo y saber lo que se quiere para Retornar desde poca distancia..
En consecuencia, si uno necesita ir a alguna otra parte lejos porque no tiene a dónde ir acá cerca, no está en el lugar que le corresponde según su propia naturaleza. No se conoce a si mismo y no sabe lo que quiere. Uno se aburre y la cosa se convierte en ocio a secas.
Uno se ha soldado tanto a los demás que ha perdido su propia forma y es una masa de hielo informe.
Se elige lo que todos eligen, se compite por el premio, se compara, se juzga, se envidia y se odia. Y las horas pasan lentas con grandes bostezos, no tiene a dónde ir por si mismo, nada que hacer por si mismo y busca compañía para no estar solo.
Es como si mutara la sexta línea del 24 al hexagrama 27, La Alimentación y la primera línea del 27, que era esa hermosa línea uno del 24, se convirtiera en ese que perdió a su tortuga mágica y ya no se puede alimentar a sí mismo.
Esa primera línea del 27 con la boca colgando deseando lo que tienen los demás porque se ha olvidado de sí mismo y no recuerda lo que quiere.
Cuando sale esa línea 27.1 en una respuesta, la siento como la urgencia de volver a sí mismo.
Si esperas ese tiempo de libertad para ir adonde quieres ir, para hacer lo que quieres hacer, eso que quedó pendiente sin terminar por falta de tiempo libre para uno mismo. Tiempo libre para uno mismo, para ese dragón creativo que crea fuera de la vista en su tiempo libre, el dragón tapado de la primera línea del hexagrama 1.
El ocio creativo es descanso para el dragón. No está creando para el mundo, lo está haciendo para sí mismo, sabe quién es y lo que quiere, sabe dónde ir, tiene algo pendiente consigo mismo.
No hay edad para conocerse a sí mismo, un niño o un adolescente puede conocerse a sí mismo y saber muy bien lo que quiere, adónde ir y qué hacer y luego olvidar quién es con el adiestramiento que llaman educación para el trabajo y la producción.
Siempre hay un tiempo para recuperarse a sí mismo, para volver a sí mismo; es el tiempo del solsticio, el tiempo del retorno de la luz, el ocio creativo.
No hay que alejarse demasiado del cristal de la primera línea si no se quiere olvidar el camino y nunca más volver.
Porque ese comentario "El Retorno sirve para conocerse a sí mismo" nos señala los momentos de ocio como los indicados para ello. No son los momentos de actividad productiva, de figuración y participación social, de reuniones comunitarias familiares, laborales, culturales o políticas los que nos llevan a conocernos. Los otros no pueden ayudarnos en eso, ellos sólo pueden reconocer una parte nuestra.
Son los momentos en que estamos solos para hacer lo que nos gusta hacer, ir a donde nos gusta ir y no compartimos con nadie o sólo con amigos sin tacha.
Esos momentos que uno vive con sus herramientas, sus libros leídos y releídos, su paseo por la costanera del río, su guitarra, sus plantas, sus costuras, sus oraciones, su repostería, su pintura.
Que cada uno agregue aquello que le gusta hacer en su tiempo libre en ese lugar que es suyo porque lo usa y en el que sólo se aceptan amigos sin tacha.
Copio acá el dictamen del hexagrama 24, Retornar. Que en esta lectura se refiere a retornar a sí mismo para conocerse.
El Retorno. Éxito.
Salida y entrada sin falla.
Llegan amigos sin tacha.
Va y viene el camino.
Es propicio tener a dónde ir.