Para estudiar las líneas de un hexagrama es conveniente primero comprender cuál es el tema, la situación, condición o escenario en que entramos en ese hexagrama. Por esto les recomiendo comenzar leyendo esta otra entrada si es que no lo han hecho ya: http://abatesoderini.blogspot.com.ar/2014/06/hexagrama-52-la-montana-ken-la-mano.html
El hexagrama 52 lleva consigo un instructivo preciso al respecto de cómo lograr ese sosiego interior inamovible al que nos referimos antes. El signo tiene en su centro el abismo y el susto de los trigramas nucleares Agua y Trueno y son dos montañas una adelante y sobre la otra. Quietud interior y exterior.
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Montaña sobre Montaña |
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Hexagrama 52, La Montaña |
Por eso el aprendizaje acá es ser capaz de vivir tranquilo suceda lo que suceda, el aprendizaje de la inmutabilidad frente al cambio, las penurias, los traspiés, las emergencias, los errores, los ataques de los enemigos y de los amigos, la muerte, el sufrimiento emocional, los recuerdos penosos; lo usual de cualquier vida humana. Aprender a vivir tranquilo con todo eso.
Entonces la primera linea dice:
Aquietamiento de los dedos de sus pies.
Ningún defecto.
Es propicia una constante perseverancia
Lo que nos está diciendo que para caminar con firmeza o para permanecer de pie los dedos de los pies se tienen que extender y relajar como se extiende la base de una montaña. Que para lograrlo es necesario perseverar con el ejercicio, hacer consciencia de cómo se está pisando esta Tierra hasta lograr apropiarse de ese saber hacer. Esta instrucción es la base de la postura del cuerpo, también es la base de una postura frente a la vida. Una postura de sosiego que resguarda la calma interior se extiende sobre bases amplias en la tierra, es la sabiduría de la experiencia que con el vivir y saber trae el sosiego. Lleva su tiempo, por eso es propicio una constante perseverancia. Sin defecto es pisar de esta manera si lo que se quiere lograr es el sosiego imperturbable de una montaña.
Al mutar esta línea aparece el hexagrama 22, La Gracia.
La luz de este amanecer nos muestra la Montaña arriba y adelante; la montaña alta y nevada refleja la luz del sol. Estamos rodeados de luz :
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Hexagrama 22, La Gracia |
La segunda línea:
Aquietamiento de sus pantorrillas.
No puede salvar a quien él sigue.
Su corazón no está contento.
Si aquietamos las pantorrillas detenemos el caminar. Los demás a quienes seguimos se adelantan, se alejan. Uno los pierde de vista, desaparecen de la vida de uno, uno no tiene contento en el corazón.
Acá nos dice que esto se produce porque uno no estaba siguiendo el propio camino, sino el camino de algún otro y ese camino es equivocado para uno. Que el pesar del corazón es inevitable porque uno siente que le está negando ayuda. Esta línea es la inferior del trigrama nuclear K'an, Agua. El abismo en la oscuridad, la sensación de caída y de ser arrastrado. Uno está al borde de un precipicio y por eso se detiene.
Al mutar esta línea aparece el hexagrama 18, el trabajo en lo estropeado, el Trabajo en lo Echado a Perder. Necesitamos que el trigrama Viento distinga separando las cosas unas de las otras para encontrar lo estropeado y arreglarlo; hay que investigar adentro, algo anda torcido allí adentro:
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Hexagrama 18, El trabajo en lo estropeado |
La tercera línea
Rigidez en su sacro.
Peligroso.
Se sofoca el corazón
Acá estamos en el centro del trigrama nuclear inferior Agua y en el comienzo del trigrama nuclear superior trueno. No es un lugar donde se pueda permanecer quieto, somos arrastrados por la corriente de agua y aterrorizados por el trueno. Pero es un trazo fuerte y quiere lograr la detención cueste lo que cueste.
El trazo central del trigrama Agua sale del peligro justamente porque se deja llevar y el primero del trigrama Trueno porque se hace cargo de salvar lo indispensable, pero acá el hexagrama Montaña se obstina en detener a este trazo. La Montaña no quiere perder nada. Es un error, la quietud forzada por la voluntad no es sosiego.
El efecto que produce forzar la detención en estas situaciones es un recalentamiento del corazón. Estamos forzando la máquina cuando dejándose llevar y salvando lo indispensable se resolvería de alguna manera la cuestión.
Es como si en una caída en lugar de ablandar y dejar rodar el cuerpo lo mantuviéramos rígido para intentar detenerlo en seco. Aprender a caer tiene la clave en unas caderas flexibles.
Acá nos está diciendo que para lograr el sosiego, que es el premio del hexagrama, hay que aprender a caer. Aceptar la caída, acompañar la caída con las caderas, desviar la caída hacia los costados del cuerpo. El sosiego interior disminuye el impacto de las caídas que no podemos evitar. Algún moretón no es igual que una cabeza o cadera quebrada.
Al mutar esta línea aparece el hexagrama 23, La Desintegración, Despojar, el hacerse astillas. Donde se nos dice que no es propicio ir a ninguna parte; lo cuál es completamente lógico si acabamos de quebrarnos la cadera.
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Hexagrama 23, La Desintegración |
Para la cuarta línea:
Aquietamiento de su tronco.
Ningún defecto
Esta línea es la inferior del trigrama superior, la caída y el susto han quedado atrás. Este es el lugar donde están los órganos nobles y ellos ahora están tranquilos.
Esta línea guarda relación con una buena salud, un cuerpo saludable tiene los órganos de su tronco funcionando sin sobresaltos. Eso se muestra hacia afuera con ese aspecto saludable y seguro de sí mismo que da tener el tronco en reposo. Parece que uno puede recurrir a esas personas cuando necesita ayuda porque te aceptan como aceptan todo por más tremendo que sea; con una buena digestión, una buena asimilación de lo que es útil, una buena excreción de lo que no sirve, un corazón noble. Esas personas que no pierden su tiempo en lamentaciones, hacen lo que hay que hacer y a otra cosa.
Cuando esta línea muta aparece el hexagrama 56, El Andariego. Este personaje está de paso en todas partes, su casa es el mundo y sus gentes son las gentes del mundo. Es el amigo de todo el mundo, el amigo de las estrellas:
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Hexagrama 56, El Andariego |
Para la quinta línea
Aquietamiento de las mandíbulas.
Las palabras guardan orden.
Desaparece el arrepentimiento
La posición de la quinta línea se corresponde con la garganta. Esta persona habla poco y lo justo. Eso la guarda de sufrir arrepentimiento por las consecuencias de sus palabras. Recordamos que uno no sabe lo que trae la vida para uno y quién de los amigos será el enemigo de mañana y a la inversa. Uno resguarda su sosiego duramente alcanzado con pocas palabras.
Al mutar esta línea aparece el hexagrama 53, La Evolución, el progreso paulatino, infiltrar, penetración difusa. Como esta línea es de pocas palabras y el hexagrama busca lograr el aquietamiento, el sosiego, las pocas palabras son meditadas, elegidas e imponentes. Poco a poco penetran en las mentes y en los corazones.
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Hexagrama 53, La Evolución |
La sexta línea (el regente del hexagrama, la línea que muestra la excelencia del hexagrama)
Aquietamiento magnánimo.
¡Ventura!
Acá ya no existe inquietud alguna, a este sujeto ya nada lo puede dañar. Ha hecho las paces con los hombres tal como son y con el mundo tal como es. Todo es perfecto y el resultado de esto es la ausencia de egoísmo y una confianza sin falla. Eso es la magnanimidad y su pronóstico es venturoso.
Al mutar esta línea aparece el hexagrama 15, La Modestia. Acá hay una perfecta adaptación a cualquier circunstancia; si está obligado a moverse, se mueve; si a quedarse quieto, se queda quieto. Nada altera su sincronicidad con el tiempo que le toque vivir. Por dentro hay quietud y por fuera hay receptividad hacia el mundo. Chuang Tzu: No te muevas a menos que estés obligado a hacerlo.
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Hexagrama 15, La Modestia |