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I Ching, los hexagramas opuestos complementarios

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Esta entrada es un comentario sobre una característica de los 64 hexagramas que se evidencia cuando los miramos en su conjunto.

El conjunto de los 64 hexagramas
Cuando digo los pares yin-yang me estoy refiriendo a los pares de hexagramas que son opuestos complementarios uno del otro.

¿Cómo es esto de opuestos complementarios?
Si usamos la misma idea de las monedas que usamos para consultar el I Ching, donde una cara se asigna al yin y la otra al yang, estos pares de hexagramas opuestos complementarios nos muestran 32 monedas  con una cara yin y otra yang:
1
2
Empezando por el par de los hexagramas 1-2 y terminando con el par de los hexagramas 63-64.


63
64

Estos pares se complementan uno al otro, línea a línea. El primero hace lo que el segundo no puede hacer y el segundo hace lo que el primero no puede hacer.

Es interesante ordenar estos pares opuestos complementarios porque nuestra percepción está acostumbrada a percibir el mundo por sus contrastes, esa cuestión nuestra de comparar alto-bajo, lindo-feo no es más que un cambio gradual que percibimos por su contraste, por su comparación.

Pero acá -en los pares yin-yang- hablamos de opuestos; es decir, que nos vamos -conceptualmente porque no existen en este mundo- a las antípodas conceptuales. Luz-oscuridad son antípodas, los extremos de los opuestos.
Son opuestos y complementarios porque en este lugar donde vivimos lo que existe es una mezcla  de esos opuestos, ya que si existieran los opuestos sin complemento tal como luz u oscuridad, no podríamos ver absolutamente nada. Nada se ve en la luz total y nada se ve en la oscuridad total. Cuando la luz es muy tenue decimos "acá está oscuro, enciendan una luz".
Lo que también nos dice que , en nuestro mundo y en verdad , no son opuestos y nada más, son complementarios también. Lo que sucede es que uno es la ausencia del otro; el polo negativo es la ausencia de lo que el positivo tiene y el positivo la ausencia de lo que el negativo tiene.
Como no podemos ver uno sin el otro, la manera que tenemos para referirnos a los opuestos complementarios es decir que son las dos caras de la misma moneda. Porque no podemos ver ambas caras de una moneda al unísono.
Son trucos del lenguaje, analogías, que usamos para referirnos en pocas palabras a lo que puede llevar varias páginas de explicaciones de físicos, neurólogos, filósofos o teólogos. Y usamos esta analogía de "las dos caras de la misma moneda" olvidando que es una analogía cómoda para decir algo que no existe en este mundo donde vivimos. Existe oscuridad total bajo tierra y por eso bajamos con una luz, existe luz total en el sol o en un arco voltaico y por eso usamos anteojos muy oscuros y gruesos cuando miramos esa luz.
Esto está muy bien dicho en el taijitu, porque este signo muestra cómo es el mundo donde vivimos, el mundo de los opuestos complementarios en su mezcla:



Necesito hacer esta introducción para referirme a cómo usar los pares opuestos complementarios para meditar y contemplar los 64 hexagramas cuando los intentamos comprender en su conjunto, porque es un recurso valioso si lo hacemos con esta introducción en mente.

Supongamos que dibujamos un par de opuestos complementarios yin-yang -las dos caras de la misma moneda- como el hexagrama 3 y el hexagrama 50.

Hexagrama 3, Las Dificultades del Comienzo, Trueno y Agua
Hexagrama 50, El Caldero, Árbol y Fuego
El nombre del hexagrama 50 no ayuda mucho para comprender el 3, pero cuando empezamos por el 3 que llamamos "las dificultades de todo comienzo" eso sí nos ayuda a comprender El Caldero, el 50. Nos está diciendo que en el 50, El Caldero, de comienzos no hay nada y de dificultad, tampoco. Dicho de otra manera, que el 50 hace mucho tiempo que ha comenzado y que lo que tiene le permite hacer todo con facilidad.
Entonces podemos entender mejor de qué se trata en el 3, de lo inmaduro del 3, de lo caótico del 3. Y entender el desastre -por infravalorar y complicar lo que es fácil-, de algunas líneas del 50. Y también el desastre por falta de ayudantes o por rechazar la ayuda ni buscarla y la falta de experiencia de algunas líneas del 3.
Otra cuestión que podemos ver al contemplar ambos signos juntos es que el 3 es más oscuro que el 50. El tres tiene poca luz, dos líneas yang para cuatro yin, en cambio el 50 tiene cuatro yang para dos yin. Aún más, las líneas yin del 50 son líneas favorables porque están bien iluminadas por las yang, en cambio las yin del 3 no lo son, porque la luz es escasa.
Al compararlos también se puede ver cuán movedizo es el 3 con su trueno y su agua y cuán estable es el 50 con su madera ardiendo en el hogar ancestral. Son opuestos complementarios y hasta cierto punto es como que el 3 es el origen de todo 50; como que todo Caldero comenzó siendo un caos de inestabilidad e inexperiencia durante las dificultades de su comienzo. En el 3 no hay de quién aprender, no hay precedentes, no hay experiencia, todo es ensayo, investigación desprejuiciada y arriesgada.
El 50 está completo a rebalsar de precedentes, de experiencias, de sabiduría, de tiempo de elaboración. Y también de prejuicios que conducen a errores de juicio, porque la abundancia de cualquier índole también tiene sus errores y sus problemas. El prejuicio es característico de lo que lleva mucho tiempo cocinándose con todo tipo de ingredientes y El Caldero cada tanto necesita ser vaciado y limpiado para una nueva elaboración -un cambio de paradigma- como dice la línea yin blanda de su primer puesto.
Mantener el hogar de Vesta, el fuego de la civilización, el fuego que aprendimos a domar y utilizar, es un trabajo que requiere renovación periódica para que no se ahogue con sus propias cenizas.


Este ejercicio es sólo un caso y su tratamiento es un pequeño comentario que se puede seguir profundizando; hay 31 casos más de opuestos complementarios en el conjunto de los 64 hexagramas.

Lo propongo como ejercicio para aquellos que gustan de meditar contemplando los hexagramas, que los pensamientos corran como un río y nunca se detengan, como quien mira el tráfico de los barcos por un río. Un discurrir de imágenes y pensamientos que aparecen y desaparecen sin que les prestemos mayor atención.
Parece que esto que propongo no es estudiar el I Ching, pero sí lo es. Porque es así como se logran las lecturas y las interpretaciones.

. . .

Sandalo entró en los comentarios, abajo. Entre otras cosas muy interesantes que aportó y recomiendo que lean,  hay algo que quiero destacar porque dice muy bien y en pocas palabras cómo se usa el opuesto-complementario en una lectura; dice así:

"Esto es ahora" se complementa perfectamente con "Esto no es ahora".

El hexagrama-respuesta es "Esto es ahora", su opuesto-complementario es "Esto no es ahora"
Eso es de gran ayuda para nuestra mente que necesita el contraste para poder percibir e identificar a ambos.





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