Pongamos por caso el nombre de un signo cualquiera de los 64 signos: el 39, El Impedimento (R. Wilhelm) o Cojear (Ritsema-Karcher) o La Dificultad (Karcher).
Cualquiera de estos tres nombres es correcto para este hexagrama y se pueden encontrar otras palabras que también sean otros espejos de este signo tales como problema, calambre, incapacidad, minusvalía.
Algo que se relaciona con el estar o el sentirse en inferioridad de condiciones ante un impedimento, una dificultad, un problema; que lo son porque uno realmente está o se siente en inferioridad de condiciones, que de no estarlo o no sentirlo así, no lo serían. Y por eso también se traslada a palabras como reto, examen, desafío. Y a frases como detenido frente al riesgo o frente al peligro. También he leído renguera, pié frío o acalambrado.
¿Por qué este signo del 39 se puede llamar con estas palabras y otras muchas y de muchas maneras sin agotar su significado? Porque ninguna de estas palabras ni frases es el signo del 39, el signo es mucho más abarcador.
Ninguna de ellas define el hexagrama y cada una de ellas es una aproximación desde un punto de vista excéntrico: el punto de vista del observador. Es decir, cada uno de nosotros que ha recibido este hexagrama como respuesta y está enfrentado con un problema a resolver.
De donde resulta que este hexagrama 39 también nos está mostrando a nosotros mismos, los usuarios y estudiosos de este libro, en el acto de hacer una lectura que nos resulta dificultosa, para la cual estamos incapacitados, en minusvalía, nos sentimos impedidos de hacerla, la vivimos como un problema para el cuál debemos estudiar y pedir consejo, asistencia y ayuda como si estuviéramos frente un examen o ejercitarnos con perseverancia como si estuviéramos frente a un desafío.
¿El nombre del 39 se agota en sus manifestaciones cuando sumamos todas las palabras y frases que podamos llegar a encontrar? No, no se agota. El signo es más que la suma y por eso puede abarcar lo que es:
El signo del hexagrama ES y las palabras que usamos para traducir los textos son espejos, alegorías, metáforas. Incluso palabras como "femenino" para una línea partida y "masculino" para una línea entera son espejos. Lo que - en algún momento histórico- llevó a la aparición de los términos yin y yang respectivamente, para intentar evitar que se confunda el espejo con el ser de la cosa. Intento que, aún, sigue intentando y no lo logra.
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La Primavera-Sandro Botticelli-1482 |
Es evidente que estas dos pinturas alegóricas para la Primavera no son la Primavera y que aunque pintemos cientos de cuadros alegóricos para La Primavera ninguno de ellos lo será.
Toda palabra busca ser totalizadora de la cosa que busca identificar y ninguna lo logra. El ser de las cosas no se puede identificar, siempre se trata de una aproximación.
Esa es la limitación de las palabras y bienvenidas sean las palabras si al menos nos acercan más al ser de las cosas. Cuantas más palabras, mejor.
Pero olvidar que la palabra NO ES LA COSA es un error que nos limita la percepción del ser de la cosa.
Hay un lugar en donde las palabras no alcanzan y es pura percepción, un lugar de donde brota la palabra más adecuada para la ocasión.
Acá sería bueno si siguen a esta otra entrada antes de continuar leyendo ésta; es para agregar, para abundar en distintas maneras de abordar la cosa aprovechando lo que ya escribí sobre el 39. Es otra entrada en la que uso las metáforas que ya están disponibles y en las que se puede bucear para encontrar las enseñanzas del 39:
Veamos otro ejemplo:
Ahora una metáfora de las que eligió el Príncipe de Chi, al que se atribuyen los dictámenes de las líneas del I Ching, mil cien años antes de Cristo:
es como… “ropa interior amarilla (que) trae elevada ventura”. Al (que) me obliga la sintaxis, porque antepuse "es como...", no está en el dictamen
Esta metáfora está en la quinta línea del hexagrama 2, Lo Receptivo, la Madre, la Tierra, las gentes, el pueblo, el trabajo y también el suelo fértil. Su mutación nos lleva al hexagrama 8, La Solidaridad.


Ropa señala que estamos viendo algo que recubre la cosa, que es exterior a la cosa;
ropa interior señala que es exterior pero íntimo, que hemos accedido a la intimidad de la cosa (y no cualquiera accede a ello porque el hexagrama 2 es oscuro);
ropa interior amarilla señala que es riqueza, que es valioso. Amarillo, el color del oro, del Centro que gobierna y de la tierra fértil de la llanura china.
Ropa interior amarilla trae, porque la cosa lo tiene y por eso lo trae consigo.
Pero no es del consultante, es de Lo Receptivo: un órgano hueco capaz de materializar un hijo y que está oculto a la vista en el trigrama inferior. Uno sólo ha visto lo que otros no ven, la ropa interior amarilla y porque es amarilla sabe que es valiosa y trae consigo elevada ventura.
Aún hay otra palabra acá en la que es necesario detenerse, Ropa interior amarilla trae elevada, no es la ventura del codicioso y avaro que engorda a lo ancho, siempre más de lo mismo; es la del que busca crecer a lo alto: elevarse.
Elevarse queda abierto a la interpretación dependiendo de qué, quién o quiénes son los destinatarios de esta línea como respuesta. Puede ser en la escala social, buscar la altura para tener mayor visión o porque siente el recorrido de su vida como una ascensión espiritual o porque busca crecer en su profesión u oficio.
Sirve para todo, es servicial porque es una línea yin. Las líneas yang lo que tienen son ideas, como la que se despierta al mutar esta quinta línea, alguien que está llevando a la acción una idea, alguien que toma el riesgo sobre sí de hacer realidad esta idea que apareció al ver la ropa interior amarilla.
Pero, como vimos al estudiar la palabra trae, no es posesión de uno aún, es de Lo Receptivo, y por eso necesita de los otros que le ayuden a obtenerla, como los accionistas de una mina necesitan de los mineros, técnicos, maquinistas, ingenieros. informáticos, burócratas, políticos y de todos los que pagan los impuestos, además de una voluntad de hierro -los CEO de la empresa- para quedarse con ese valor.
Uso la analogía de una empresa porque el hexagrama 8 es una empresa, que puede ser una minera como digo acá, pero que también puede ser el Campeonato de Fórmula 1 de este año, aprender a usar el I Ching, estudiar, capacitarte y obtener un título que nos habilite oficialmente para un trabajo que nos guste hacer o cómo darle una utilidad a ese espacio que no está aprovechado en nuestra casa.
Todas esas cosas que están ahí disponibles para algunos conque se dispongan a hacerlo, es decir, se propongan metas que le permitan eliminar sus limitaciones actuales, metas elevadas, y sean perseverantes: el hexagrama 8 y , en particular, su quinta línea.
Cosas que para obtenerlas uno necesita de mucha ayuda del pueblo, es decir un pueblo que trabaje y que se organice para poder poner esto a disposición del que lo distinga en la oscuridad del hexagrama 2 y tenga una idea y se la proponga a sí mismo y a los demás como meta. Porque hasta para transformar un mueble necesitamos herramientas, dinero, saber hacer, lijas y pinturas, fijaciones y cola. Todo lo cual no lo hemos hecho nosotros sino otras personas y lo que sabemos hacer es porque muchas personas que ya ni recordamos o desconocemos estuvieron ahí y nos enseñaron o mostraron cómo se hace, escribieron libros o inventaron la herramienta que estamos usando.
¿Alguien sabe quién inventó la tijera? No. ¿El inventor tiene un monumento en una plaza? No. ¿Es útil? Si. ¿Sabemos usarla para hacer maravillas nunca vistas materializando nuestra idea? Eso está por verse aún en el hexagrama 8.
Que nuestra idea agregue algo más al mundo que nunca se había visto está montado sobre ese trabajo anónimo, desconocido, en la tierra común y oscura y está oculto abajo en el hexagrama 2 y en el hexagrama 8. Y así se puede explicar muy bien que al hexagrama 8 se lo pueda llamar La Solidaridad.
Algo como lo que también se ve acá en esta historia y en tantas otras historias grandes y pequeñas, conocidas y desconocidas y hasta en las "pequeñeces" de nuestras vidas. Es el poder de la idea brillante del quinto puesto del hexagrama 2 y del 8. Una idea que aúna voluntades de conocidos y desconocidos, de vivos y de muertos:
Ese objetivo está a su alcance por el trabajo del pueblo que está abajo en el hexagrama 2 y en el 8. Sin eso no se puede. Pero tampoco se puede si no se nos despiertan ideas cuando miramos al 2, si no vemos lo que otros no ven. Por eso la otra cara de la moneda del hexagrama 8 es el hexagrama 14, Lo que se posee en gran medida. El hexagrama catorce tiene una luz muy intensa, porque arriba hay un sol y abajo un relámpago, sirve para iluminar al hexagrama dos y encontrar el diamante en el barro:
Pero esta ya es otra cuestión a la que me está llevando la concatenación de pensamientos propia del hexagrama 17, El Seguimiento, acá hago punto final. Por ahora, ya está más o menos expuesto lo que promete el título de esta entrada.