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Hexagrama 61, La Verdad Interior

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¿Cómo es que La Verdad Interior te permite postergar los juicios y detener las ejecuciones?
En la imagen, en la versión de Wilhelm, lo dice así: Así el noble discute los asuntos penales con el fin de detener las ejecuciones. 

¿Qué hay en este hexagrama que te da esa profundidad de comprensión? Porque no se trata de la verdad del otro -de ése que juzgas-; se trata de la tuya, de tu propia verdad.

¡A ésto hay que pensarlo muy bien! Es un hexagrama con el que se cacarea mucho, La Verdad Interior por aquí, la Verdad Interior por allá... pero, ¿se comprende? Eso me pregunto en vista a lo que se ve por ahí.

No he querido escribir sobre este hexagrama antes, justamente por eso del cacareo.

Supongamos por un momento que La Verdad Interior significa que has llegado a un suficiente conocimiento de vos mismo. Supongamos eso.
Bien, me conozco a mí mismo, me he estudiado a lo largo de una vida; si quieren, a lo largo de muchas vidas, estudiando todo tipo de Hombres, de seres humanos que he sido.
Entonces Soy Hombre, ser humano. Soy un exponente de la especie y también un ser individual, indiviso. Siempre distinto, en cada encarnación.
Aunque algunas partes mías se den de patadas con otras partes también mías, he llegado a aceptar todo esto como mío, que esta es mi verdad de quién soy ahora. Que vine a vivir esto que soy ahora hasta sus últimas consecuencias. Aunque me cueste.

Porque me ha costado mucho todo esto, marchas y contramarchas, golpes y torceduras, refacciones varias, períodos de total desorientación y vaciamiento y he vuelto a surgir renovado; me ha costado igual que a todos.
Sé que no es fácil ser hombre, que nuestra naturaleza contiene un elemento nuevo en los seres vivos, total conciencia de estar vivo y de morir. Esta consciencia es dolorosa y también es maravillosa. Nuestra capacidad de ver más allá de los velos a otros mundos que están más allá. En el pasado, en el futuro, en el presente.

Otros mundos en el presente?...y sí.
Como ahora, que estoy escuchando música, mirando la copa del árbol de mi jardín que se mueve con el viento y escribiendo. ¿Dónde creen que estoy y vivo?, no estoy sólo acá, en Córdoba, Argentina, en un barrio donde vivo hace 45 años.
No señor, estoy en todas partes, puedo ir a cualquier parte, en el tiempo y en el espacio. Y eso es por mi conciencia, porque soy humano y nosotros tenemos eso. Consciencia de ser, memoria, lógica e imaginación.

Nosotros podemos Contemplar imágenes distantes, como dice la imagen del hexagrama 20, La Contemplación, lo dice con esta metáfora, que los antiguos reyes visitaban las regiones del mundo, contemplaban AL PUEBLO y brindaban enseñanza.

Signo del hexagrama 20, La Contemplación


También puedo ponerme en el lugar del otro, porque a eso también lo he vivido y lo puedo comprender, me puedo Acercar íntimamente al otro, sin confundirme con él, sin llegar a ser él.
Como dice la imagen del hexagrama 19, El Acercamiento,el noble es inagotable en su intensión de enseñar, y en soportar y proteger AL PUEBLO no conoce límites.


Signo del hexagrama 19, El Acercamiento
Y echarle una mano en ese escalón tal alto que no puede subir solo, entonces uno baja y le ayuda. Un pequeño tirón hacia arriba, porque eso es lo único que necesita; ya que el camino puede coincidir pero cada uno lo hace con sus propios pies.
Como uno lo necesitó y le ayudaron, uno también ayuda; porque de eso se trata dar gracias por estar agradecido. Las palabras, sin actos, se quedan cortas.

Entonces

¿Se entiende ahora de qué se trata La Verdad Interior y cómo nos permite postergar los juicios y aplazar las ejecuciones? Se trata de unir ambos hexagramas -el 19 y el 20- en una sola acción que se repite y se repite sin prisa y sin pausa toda la vida.
Somos los que aprendemos y somos los que enseñamos.

Y como acá estamos con el I Ching y no estamos hablando por hablar o porque las palabras bonitas son bonitas y hacen bien al ánimo; es decir, para agradar o consolar al otro como si fuera un niño; veamos cómo se muestra esto en la estructura del signo del hexagrama 61, La Verdad Interior.

Signo del hexagrama 61, La Verdad Interior
Es importante acá, para comprender estos tres hexagramas, recordar que PUEBLO es el trigrama Tierra y toda línea yin remite a esa condición: algo flexible, que se deja guiar, que no tiene meta ni plan, que no tiene agenda propia, que no sabe, que está a oscuras, que está vacío Por eso está en condiciones de saber algo que no sabía, de llenarse. Y volver a vaciarse. Pueblo también son todas las partes no desarrolladas dentro mío, lo que no conozco de mí y lo que he olvidado.
Pueblo, la línea yin, es lo incompleto, lo vacío, lo torcido, lo consumido. Pero:

Porque es incompleto puede completarse.
Porque es vacío, puede llenarse.
Porque es torcido, puede enderezarse.
Porque se ha consumido, puede renovarse.
(Acá los remito al capítulo 22 -volver al Tao- del Tao Te King, pueden repasarlo con la visión de Naoto Matsumoto en Taoísmo en Español, capítulo 22, no se pierdan sus vídeos!)

Si quiere ser recto, arquee el cuerpo como una oruga agrimensora, el consejo de Naoto-san:

Esta es una imagen del hexagrama 61


En el 61, La Verdad Interior, lo que uno no sabe o el otro no sabe -lo que es blando, flexible, lo que se deja guiar por cualquiera, lo torcido, lo incompleto, lo vacío- está en el centro.
Las dos líneas yin del centro. Las que continúan aprendiendo toda su vida, las que no saben nada, como Sócrates. Las que se presentan ante cualquier interrogante con la mente vacía y esperan a ser llenados.
Porque no podemos tener en la mente todo lo que hemos sabido y vivido, pero eso está ahí, en alguna parte. Y saldrá de su escondite cuando algo llame a su puerta.
Son las líneas del Hombre, la esencia de los que es vivir la vida como hombre. Entre el Cielo y la Tierra. Algo más que Tierra y algo menos que Cielo, somos intermediarios, intermedios, incompletos, confusos, oscuros.

La tercera línea oscura es nuestra dependencia emocional, la que nos acerca unos a otros, digamos que lo irracional incontrolable que nos lleva a cantar y dar vivas cuando todo está bien entre nosotros y a tocar el tambor de guerra cuando todo esta mal entre nosotros. Hoy te amo por "amor" y mañana te odio por despecho. 

La cuarta línea es nuestra lógica sobre bases falsas, lo racional en el hombre que solo alcanza a una luna casi llena -cultura, lengua, ideología, religiones, nuestras determinaciones sociales- y nos separa unos de otros.
Y que es sin falta, pero no tiene elogio. Porque vos allá y yo acá - vos en tu ghetto y yo en el mío- simplemente está evitando que te mate o, en el mejor de los casos, que no te discrimine por nuestras diferencias.
Aquello que se llama tolerancia y está muy alejado de comprensión y aceptación. Como se diferencia un fundamentalismo de cualquier religión en particular, del movimiento ecuménico en "lo" religioso.


Tal vez la manera de lograr mayor claridad acá sea algo así:
"Debes aprender a ponerte en contacto con la más profunda y pura esencia de tu Ser. Esta esencia verdadera va más allá del ego, no conoce el miedo. Es libre; es inmune a la crítica; no le teme a ningún reto, no es inferior a nadie, ni superior a nadie, está llena de magia, misterio y encanto."
Así lo dice Deepak Chopra.

Pues sí; si en verdad no sé nada cierto y mis emociones me dominan, ¿cómo puedo ejecutar sentencia sobre mí mismo y sobre otro, como puedo matar y clausurar la vida de otro -o la mía- quitando la posibilidad de darse cuenta?.
Como si yo supiera todo o el otro lo supiera.
Uno no sabe nada, el otro tampoco.

De éso se trata el 61, La Verdad Interior, de caer en cuenta que no sabemos nada. Nada que te autorice a juzgar y a ejecutar sentencia.
Es posible que esa persona, que uno mismo, llegue a saber lo que no sabía. Para eso tiene una vida; para bucear en la magia, el misterio y el encanto.

Entonces, si NO PODEMOS devolver la vida al que hemos matado, no matemos. No clausuremos su vida ni la nuestra, no los/nos demos por imposible porque no responde a las expectativas, porque se equivoca, porque es confuso, inmaduro, soñador, vago, indeciso, torpe, torcido, sordo, necio, cruel.

Es evidente que no somos su maestro, que su maestro es otro. Es evidente que aprenderá a los golpes y que le puede costar la vida.  También es evidente que no sólo se hará daño a sí mismo, que también dañará a otros. Como hemos hecho todos, hasta que algunas cosas aprendimos e intentamos no dañar. Con mayor o menor éxito.
Pero no somos su juez de vida o muerte. No con nuestra ignorancia. Tan ignorantes como él. O como ella.

Uno puede enojarse, uno puede disputar, uno puede intentar que comprenda, uno puede defenderse, uno puede hacer leyes para proteger a los demás y a sí mismo, uno puede apartarse para apartarlo, uno puede encerrarse para encerrarlo, uno puede hacerse invisible para hacerlo invisible. Siempre hay algo que uno puede hacer, por desagradable que nos sea vivir de esa manera.
Lo que no puede es juzgar y sentenciar, dar por muerto o matar. Porque con eso le quitas la posibilidad de saber.
En realidad, lo único que uno puede hacer es amar y postergar, nada está cerrado, ni clausurado. Todo abierto y vacío. Hay una armonía que existe más allá de uno de la cuál uno no sabe nada.
Pero uno se puede alejar y Contemplar o Acercar y ayudar si es requerido.

Estas son las cuestiones de este hexagrama, que uno siempre posterga y posterga y posterga la sentencia de muerte. Posterga la ejecución y con eso la detiene.

Y sabe por qué lo hace.


https://lospensamientosdelabate.blogspot.com.ar/2016/10/el-canto-deseado.html

Tal vez todo se reduzca en este hexagrama a una verdad: la vida humana es sagrada.
No soy el dueño de mi vida, no soy el dueño de ninguna otra vida humana.
Porque esto es un holograma, una ficción, una ilusión, un mundo donde uno proyecta su subjetividad en los otros y los otros hacen igual con uno. Donde las palabras son vacías y cada uno carga a las palabras con su propio contenido subjetivo y cuantas más palabras, más confuso y oscuro es.
Un motivo muy importante para evitar hacer una lectura para otra persona.

Porque seguridad absoluta no existe; el 61 -La Verdad Interior- siempre tendrá esas dos líneas centrales, oscuras, confusas, equivocadas, más o menos vacías, más o menos torcidas, las líneas del hombre.
De eso se trata La Verdad Interior de cualquier hombre, que nunca estará seguro y que, si no posterga el juicio y ejecuta sentencia sin haber discutido a fondo los asuntos que se penalizan, lo hace movido por esas líneas.
La tercera de la dependencia emocional que navega la ola del sube y baja y/o la cuarta del vos allá y yo acá. Porque si usa la segunda y/o la quinta no lo hace y si usa la primera y/o la sexta tampoco.
Por otros motivos además, que no discuto acá, porque no estoy discutiendo las líneas de este hexagrama.

La conclusión es que, aunque este hexagrama muestra un interior hueco muy protegido por sendas líneas yang arriba y abajo, las verdad siempre se nos escapa.

"Este hombre, por una parte, cree que sabe algo, mientras que no sabe [nada]. Por otra parte, yo, que igualmente no sé [nada], tampoco creo [saber algo]." Apología de Sócrates, de Platón.

La imprecisión de parafrasear este fragmento como «solo sé que no sé nada» radica en que el autor no está diciendo que no sabe nada, sino que hace ver que no se puede saber nada con absoluta certeza, incluso en los casos en los que uno cree estar seguro. wikipedia.org


Por cierto que todo esto es una aproximación más al significado de este hexagrama, como todas las entradas que he escrito. Nada esta cerrado, nada está iluminado, nada clausurado y me apresuraré a borrar todo esto de mi mente para que, la próxima vez que me encuentre con este hexagrama, esta visión parcial no clausure la posibilidad de ver algo que aún no he visto.



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