Quantcast
Channel: Abate Soderini
Viewing all articles
Browse latest Browse all 185

Hexagrama 9, Lo Pequeño Acumulando. Un comentario.

$
0
0

Eres canto,
Un canto deseado.

Atraviesa el oído hasta el centro
Donde se encuentra el cielo, el viento,
La sabiduría silenciosa.

Siembra semillas y cúbrelas.
Surgirán hojas
donde hagas tu trabajo.

Jalāl ad-Dīn Muḥammad Balkhi (Rumi)



Ahora, para el hexagrama 9, La Fuerza Domesticadora de lo Pequeño (Wilhelm), Lo Pequeño Acumulando (Ritsema). Sobre el trabajo personal con el hexagrama 9 y en especial las líneas 3, 2 y 1.

A partir de una reflexión de Claudio Naranjo, ese psiquiatra chileno que tanto me gusta:

"PARA AMAR HAY QUE TENER LA LIBERTAD DE DECIR SI O NO, NO PUEDE SER UNO UN ANIMAL DOMESTICADO."

El hexagrama 10 es superar, trascender esa parte de nuestra domesticación que nos es inadvertida hasta que comienza a afectar seriamente nuestra vida adulta. La domesticación del hexagrama 9.
Esa que nos obliga "porque nos aman" o porque uno es "el niño bueno de mamá" o "la niña buena de papá" o cualquier otra coerción solapada o explícita disfrazada de amor o de solicitud servicial que nos mantenga de animalito doméstico de alguien, sea ese alguien una persona, un grupo, una institución.

¿Es un animalito doméstico o es un pequeño maestro?
Según sea la respuesta, así serán los métodos.
Esta cuestión se discute en el hexagrama 4, el Joven Necio.

En el hexagrama 9 ya hemos aprendido las reglas de la convivencia en nuestra sociedad civilizada. Civilizada porque somos civitates, ciudadanos, porque vivimos acumulados en ciudades. Vivir en ciudades conlleva una domesticación y, según sea la cultura, una manera de domesticar.
Igual que domesticamos a cualquier animal y para ello usamos distintos métodos, nuestro padre y nuestra madre nos domestican para la vida ciudadana en nuestra cultura.
Si la domesticación ha sido cuidadosa de nosotros, mucho de lo nuestro ha quedado sin contaminar con las respuestas correctas de nuestra cultura y volver a nosotros mismos no es tan complicado. En esto hay grados, como todos sabemos muy bien si somos observadores conscientes de lo que hay a nuestro alrededor. Uno ve lo bueno y lo malo, ve todo.

 Al igual que existen leyes y códigos consuetudinarios que tenemos que aprender a respetar, existen modos de domesticar y motivos subyacentes que nuestros padres han aprendido de sus padres. Modos que vienen repitiéndose de generación en generación, son muy antiguos y pocos revisan. Tan antiguos que responden a condiciones del mundo social humano que han sido superadas hace siglos. En general, todos estos métodos se aplican con una sola distinción, en cada cultura hay un método para los niños y otro para las niñas.
Pero la gran mayoría pasa por el mismo picador de carne para hacer salchichas de su cultura o subcultura.

Es lógico que luego tengamos que revisar mucho para encontrarnos a nosotros mismos. Digamos que no es nada personal, que es la aplicación cultural indiscriminada de un manojo de métodos que no se ocupan de mirarte para descubrir quién sos sino que te ponen en el susodicho picador de carne.

Otra cosa que es pertinente acá es que un signo de crisis civilizatoria es cuando los padres no saben cómo hacer para domesticar a los niños. Cuando las recetas ya no sirven y hay que ser creativo y pensar todo de nuevo. En esa condición estamos ahora y, como toda crisis, es una oportunidad para lograr hacerlo mejor. Digamos que sin tanto daño colateral trabajoso de reparar o irreparable.
Algunos experimentos que estamos realizando al respecto muestran a los padres totalmente desorientados insistiendo con nuevos métodos y los mismos viejos motivos:

Una novedosa propuesta de domesticación de las niñas que intenta lo mismo que intentó mi abuela paterna conmigo sin éxito -que sea una señorita, conozca todas las respuestas correctas y así consiga un "buen partido" dentro de mi clase social para reproducir y engrandecer el clan patriarcal-, pero de una manera más sofisticada y más onerosa.

En alguna parte leí que a este hexagrama 9 también se lo conoce como "La superación del pequeño veneno". "Pequeño" porque nos es suministrado con un cuenta gotas en dosis diarias, no porque el veneno no sea poderoso, agrego yo.
Ese nombre fue una luz para comprenderlo. No recuerdo dónde lo leí pero, con seguridad, no lo he soñado ni lo recibí cayendo desde las alturas.

Las líneas muestran distintas situaciones, porque no siempre uno actúa como animalito domestico debido a esa coerción externa, porque esa coerción también puede ser interna, algo que nos obliga desde adentro nuestro. En ocasiones, uno tiene sus propios motivos autónomos para permanecer un tiempo en esa condición. Pero uno ya sabe cómo se conduce esto, uno está lúcido en la situación. 
En ese caso uno está actuando por sus propios motivos, porque el otro u otros lo necesitan. 

Uno se instala en la vida del otro que ama como animalito doméstico en casos de enfermedad, por ejemplo. O en casos de crisis institucional; por amor al proyecto y a la obra.

Por supuesto que esto último sólo es posible si uno ya lo ha trascendido y lo conoce, lo sabe ver. 
Si uno puede hacer la distinción, si uno sabe de sus motivos profundos. Esos que te llevan a suspender por un tiempo tu propio camino.

Cuando se hace una consulta y recibimos este hexagrama necesitamos hacer un auto examen sobre la cuestión de la consulta, si es que aún no lo hemos hecho. El signo del hexagrama lo muestra muy bien:


Sun, Viento arriba, está discriminando en Chien, Cielo abajo; como dice Rumí en su poesía.
Sun usa las raíces para separar, el viento se introduce separando las cosas para distinguir a una de las otras. Para saber con certeza sobre nuestros motivos. Si son propios o son ajenos. Si es amor o es manipulación. Y aunque sea manipulación del otro y siempre haya sido eso, ¿cuáles son mis propios motivos? ¿a cuál actitud, dispuesta a cuáles acciones, me conduce?

Toda lectura de una respuesta a una consulta, es personal. Pero hay signos, como este, que nos exigen ir hacia adentro por la acción lenta e intermitente de Sun arriba.
Que nos exigen revisar todo aquello por lo cual hemos venido actuando hasta ese momento.  Sun penetra hacia abajo; Chien, Cielo, es un trigrama ascendente, van uno al encuentro del otro.
Nadie puede hacer esto por el otro. 
Si alguien dice que puede hacer una lectura del I Ching para otro está mintiendo, está equivocado o lo hace aplicando una fórmula general que ha memorizado y justifica en alguna autoridad externa.
Una autoridad externa como un dogma de fe, un maestro, una ideología, una tradición repetitiva que no ha sido revisada en siglos. Ese tipo de autoridad que genera una interpretación que se convierte en palabra santa e intocable. 
Lo único que se puede hacer por el que consulta es ayudar para que él haga su propia lectura.

Porque, acá, ¿puede alguien -que no sea uno mismo-, estudiar la historia de su propia vida y reflexionar sobre su propia domesticación para distinguir entre sus motivos y los de los demás y distinguir el origen de sus motivos?

Este hexagrama nos puede llevar con el pensamiento y la memoria muy lejos en el tiempo, está Chien abajo. Nos puede llevar a revisar nuestras más íntimas convicciones.

Al salir de allí, de ese tiempo sin límites que es Chien abajo, donde se suceden las imágenes de todo lo vivido, es de esperar que algo más hayamos encontrado para seguir nuestro propio camino. 
El propio, no el ajeno.

Y así, por la reiteración de estas investigaciones a las que nos sometemos a nosotros mismos, vamos comenzando a caminar por el hexagrama 10, El Porte. Y mientras lo hacemos muchas veces volveremos al 9, a revisar. Una y otra vez. Y otra.

Para darles un ejemplo de cómo funciona todo este trabajo de investigación que hace Sun en Chien en el hexagrama 9.
En algún momento nos puede suceder que recibamos el hexagrama 9 con mutación en la tercera línea que se complementa con el 61.
Esa línea dice en su dictamen:  Al carruaje se le saltan los rayos de la rueda. El hombre y la mujer tuercen los ojos.
Tal vez, entonces, uno esté llegando al punto en que la verdad sobre uno mismo o sobre un vínculo u otra persona se comienza a revelar. Que, en el 61, podemos mirar al espejo de Tui abajo y reconocer lo que vemos ahí.
El personaje ficticio que fue fabricado por y para las necesidades o los miedos de otros se ha comenzado a desdibujar y se trasparenta otro. ¡Otro!

Las líneas dos y uno están más abajo, con Sun hay que atravesar la tres para encontrarlas.
La tres es ineludible; con frecuencia nos sucede que si uno no se enoja, si no se enfurece, no la atraviesa. Esta línea, la tres, tiene ese dictamen que es nada más que una afirmación, la constatación de un hecho. Uno mismo, nuestra parte yang, se enfurece con nuestra parte yin que no sabe decir que no. Es nuestra dependencia emocional, tan nítida con la mutación, en el dictamen de 61.3

La dos y la uno hablan de cómo hacemos para volver a nuestro camino, sea el que sea.
En la dos, uno se deja arrastrar, las circunstancias ayudan, te arrastran a volver y uno accede. Muta al 37, el motorcito propio se enciende nuevamente. Ya fuimos dóciles y domesticados e hicimos lo que había que hacer para cumplir con nuestros sentimientos o nuestras necesidades. Seguimos con nuestra vida, en nuestro camino.
Un ejemplo sencillo de todos los días, salimos del trabajo remunerado y nos dedicamos al trabajo que hacemos por gusto; sin jefes, sin obligaciones, sin horarios. El motor ahora es nuestro, no estamos enganchados a otro motor, no somos sólo piezas de un engranaje de reproducción de la vida material de nuestra sociedad. Somos un motor autónomo, el hexagrama 37. Mantenemos nuestra integridad, volvemos a estar enteros en nosotros mismos.
Porque, sea como sea la vida en comunidad, uno preserva su integridad.


A la línea uno se vuelve por los propios medios, por necesidad personal, todas las veces que sea necesario. A esta línea es a la que me refiero cuando hablo de volver tantas veces como sea necesario para revisar. Una y otra vez. Y otra. Se complementa con el hexagrama 57, Sun duplicado, arriba y abajo. El hexagrama del investigador que olfatea, el detective privado, el espía.
Uno tiene que saber cuándo avanzar y cuándo retroceder, cuándo es importante para uno o para los demás, si está en una función de servicio, actuar como animal domestico y cuándo seguir su propio camino.
Cuándo obedecer a la autoridad y cuándo ser su propia autoridad. En esto no hay reglas más que las de la propia autoridad y es ella la que decide obedecer a la autoridad o no obedecer según sean sus propios principios.

El hexagrama 57, Sun duplicado, tiene muchos recursos e investiga para multiplicarlos. Cuando se trata de resistir a una tiranía, nada mejor que el hexagrama 57.


Con el paso del tiempo y la reiteración de la indagación en Chien, en algún momento sucede que esa revisión ya es rápida, fugaz, que ya no necesitamos parar para hacerlas. Ya nos tenemos sabidos, ya nos somos conocidos. Ya sabemos de nuestras convicciones y motivos; de lo propio, no de lo ajeno. Volver a nuestro camino nos resulta fácil.

Tal vez ahora se comprenda mejor porqué, cuando escuché a Claudio Naranjo decir "para amar hay que tener la libertad de decir sí o no, no puede ser uno un animal domesticado", vino a mi mente este hexagrama 9.
El impacto personal y social que tiene la domesticación que busca quebrar la voluntad de un niño por el método que sea, como se quiebra la voluntad de un animal, es impredecible y peligroso. Puede fabricar psicopatías, disociar personalidades y todo tipo de desórdenes mentales. Porque somos animales muy inteligentes, mucho más que un león o un perro. Y lo puede hacer en cantidades asombrosas si esa cultura tiene por costumbre usar ese método para domesticar a sus niños.

Todos necesitamos para vivir en sociedad tener nuestra voluntad sana e intacta. La voluntad sana es lo que nos permite realizarnos en nuestra vida, la que nos permite ser individuos autónomos en comunidad. La domesticación consiste en hacer comprender al niño el valor ético de las leyes, tanto para uno como para los demás. En que el padre y la madre se colocan bajo la misma ley que el niño y nunca la vulneran. En que los tres están amparados y obedecen a la misma ley. Una ley que no lastima a la persona, que preserva su naturaleza.

Todo procedimiento de domesticación que vulnere la persona humana es tiránico y genera resistencia si ese procedimiento es explícito. Si el procedimiento es tiránico pero solapado no genera resistencia, pero es igual de efectivo para quebrar la voluntad de un niño. No porque el método sea suave e insidioso deja de ser tiranía. Es peor, porque ¿cómo puedes decir que no si te conducen con tanta suavidad a decir que sí?, si te convencen en contra de tu voluntad a sabiendas de que es así. Si te manipulan porque los amas.

Cuando esto último sucede vemos esos niños que parecen amaestrados, que han perdido su espontaneidad. Cuando sucede lo primero vemos esos niños con ningún autodominio lejos de sus padres. Cuando se ha visto todo tipo de niños en cantidades industriales, cuando uno es un educador que recibe a los niños de las manos de sus padres, sabe reconocer los métodos que están usando para domesticarlos. Y uno no puede hacer nada al respecto.

Estoy escribiendo esto muy cerca de Navidad, vamos a celebrar un nacimiento. Es un cumpleaños muy especial, nació un maestro ese día. No importa ahora si creemos que es lo que llamamos Dios o no creemos en eso. Es un maestro y cuando nació ya era un maestro, estaba prefigurado.

Todo niño es igual, está prefigurado. Todo lo que hacemos para intentar fabricar con ese niño lo que ese niño no es, lo destruye, lo desfigura. Lo que logramos es un golem, que es lo único que logramos los hombres cuando queremos manipular los niños a nuestro antojo y para nuestra conveniencia.




En conclusión, en el hexagrama 9 usamos a Sun acumulando pequeños efectos aplicándose al detalle, cuando adultos, de la misma manera en que usaron a Sun cuando nos domesticaron, de niños. Es el mismo procedimiento, pero a la inversa. Volver al inicio, retomar el camino.

No es que nuestro ser condicionado (O nuestro No Ser como lo nombra el Sistema de Diseño Humano) por el adiestramiento infantil sea inútil o negativo, es parte nuestra y lo usamos cuando aprendemos como decidir usarlo, cuando usarlo es bueno para uno. Cuando es, de alguna manera, una ventaja que cada uno sabrá con cuál ética o antiética y sus variables decide y a cuáles sentimientos está respondiendo.

Lo importante es la consciencia de que este personaje está ahí, que es parte nuestra y que la manera en que lo usamos es lo que puede ser decidido por nuestra conciencia. Cuándo es bueno para uno decir sí y cuándo es bueno para uno decir no.
Porque una manifestación como ésta, si es auténtica y a consciencia: "tu contento es mi contento", no es esclavitud y es una fuente de felicidad en nuestras vidas. Felicidad, eso que nos sucede cuando dejamos ir de corazón y con coraje lo que nos hace pequeños y miserables.

Esto es parte de nuestra Condición Humana, algo ineludible por el simple hecho de que nacemos con nuestras energías particulares, pero sin condiciones, a vivir en una comunidad. Y nuestra comunidad nos condiciona, en mayor o menor grado,  a través de los mayores de nuestros primeros años.
No es algo personal, es el estatus del ser humano.
No hay culpas ni hay arrepentimientos cuando uno no es más que un ser humano como todos los otros, solo hay un trabajo que hacer.

Que los otros hagan lo propio, que indaguen en su interior, o no lo hagan; no es el trabajo personal con el hexagrama 9. A menos que su profesión sea la de terapeuta, como es el caso de Claudio Naranjo.



La entrevista a Claudio Naranjo:


Viewing all articles
Browse latest Browse all 185

Trending Articles