Una consulta a futuro al I Ching es una serie más o menos larga de preguntas y respuestas que deberían seguir un camino ondulado hacia el blanco. Porque uno no sabe dónde está el blanco y lo que tiene sólo es el arco y la flecha. No lo sabe porque el blanco está a oscuras en ese futuro que todavía no es
El arco es uno mismo que tensa el arco. La flecha que lleva un hilo de oro que brilla en la oscuridad, es la pregunta. En esta analogía, ser buen arquero es saber usar este libro.
La dificultad de una consulta al futuro es extrema, dar en el blanco aunque se clave lejos del centro -aunque sólo nos diga que por ahí está el blanco, que ese es el rumbo correcto- es el logro.
Pero antes de tensar el arco hacia el futuro, antes de eso, ¿sabemos dónde estamos parados?
¿Dónde están mis pies, cómo es la superficie sobre la que asiento mis pies? ¿y cuál es mi postura? ¿estoy afirmado de la manera correcta?
Porque si eso está turbio y confuso no podré asentarme con firmeza para tensar el arco y menos aún acertar con la flecha.
Entonces la consulta a futuro comienza con nosotros indagando sobre la situación como está en este momento. Esa consulta y su respuesta nos puede llevar un buen tiempo de estudio. También es posible que tengamos que seguir dando vueltas para encontrar suelo firme y una buena postura para poder tensar el arco. Es decir, hacer más preguntas para comprender la situación en la que estamos parados.
Usar El Pozo con Sun –Suelo, Apoyo- abajo, lanzando Agua para arriba.
Sea como resulte ser la cosa, porque es posible que al comprender la situación no necesitemos tirar a ese blanco que no sabemos dónde está en ese futuro oscuro que tenemos adelante; pero supongamos que uno es o está muy ansioso y pre-ocupado con una decisión que necesita tomar ahora o un reto que tiene que enfrentar y quiere conocer sus opciones.
Las opciones de los futuros posibles que dependen de esta decisión de ahora y debido a las condiciones de nuestro ahora. Condiciones que hemos ido creando por quienes somos hasta ahora, por nuestra historia pasada que nos ha ido transformando mientras, entre todos, se crea nuestro propio mundo alrededor.
Si uno vive despierto y sabe de dónde viene, uno sabe a dónde va; tanto en lo personal como en lo colectivo. Pero hay ocasiones en que uno se distrae y se extravía y otras en que ese camino que está recorriendo sólo existe en su mente, porque está viviendo una ilusión. Los acontecimientos que no han sido previstos como posibilidad, entonces, nos toman mal parados, perdidos en el bosque.
Incluso es posible que tengamos que hacer consultas hacia el pasado.
Lo único duradero es el cambio dice el I Ching en el hexagrama 32, La Duración.
Si uno vive despierto y sabe de dónde viene, uno sabe a dónde va; tanto en lo personal como en lo colectivo. Pero hay ocasiones en que uno se distrae y se extravía y otras en que ese camino que está recorriendo sólo existe en su mente, porque está viviendo una ilusión. Los acontecimientos que no han sido previstos como posibilidad, entonces, nos toman mal parados, perdidos en el bosque.
Incluso es posible que tengamos que hacer consultas hacia el pasado.
Lo único duradero es el cambio dice el I Ching en el hexagrama 32, La Duración.
Y eso nos dice que hay opciones a futuro, que hay caminos simples y fáciles y caminos complejos y difíciles para llegar al blanco.
Esto lo confirma en el hexagrama 40, La Liberación. Que liberemos nuestra vida en la dirección simple y fácil, que no la compliquemos por cuestiones de amor propio o por lo que digan o hayan dicho los demás que nos acompañaron o acompañan.
Esto lo confirma en el hexagrama 40, La Liberación. Que liberemos nuestra vida en la dirección simple y fácil, que no la compliquemos por cuestiones de amor propio o por lo que digan o hayan dicho los demás que nos acompañaron o acompañan.
Es como si estuviéramos en una encrucijada de caminos y nos sentamos a deliberar con nosotros mismos, con los datos que podemos recordar ver oír y olfatear, ¿cuál de todos esos caminos que divergen del crucero es el nuestro?
Y en ese momento pasa alguien -con el faisán bajo el brazo como El Andariego de la quinta línea- le convidamos a sentarse a descansar y compartir nuestra comida y él tiene la respuesta que necesitamos. Él sabe cómo son esos caminos, conoce todos los caminos.
El Andariego nos dice algo así "cualquier camino te lleva a donde llegarás, pero hay algunos muy difíciles de transitar, otros que son peligrosos por los vecinos, otros llanos y rodeados de amigos. Ya estás acá y en un entorno peligroso, te conviene tomar por aquel, podrás reponerte mientras caminas y es de una dificultad mediana"
El Andariego nos dice algo así "cualquier camino te lleva a donde llegarás, pero hay algunos muy difíciles de transitar, otros que son peligrosos por los vecinos, otros llanos y rodeados de amigos. Ya estás acá y en un entorno peligroso, te conviene tomar por aquel, podrás reponerte mientras caminas y es de una dificultad mediana"
Esto que imagino acá puede ser nuestro primer encuentro con el I Ching. Todos recordamos ese primer encuentro, siempre es El Andariego el que lo trae bajo el brazo.
Bien, entonces uno pregunta por las opciones y lo hace en modo condicional, si esto y si lo otro y si lo de más allá. Pregunta separando cuidadosamente sus opciones para no confundir las respuestas.
En ocasiones no hay opción o no las vemos, tal vez preguntando las veamos.
Todo lo que lleguemos a descubrir iluminando hacia adelante es el tipo de camino que es cada una de nuestras opciones. Un callejón sin salida que nos da un respiro como en 55.1, otro que nos pierde en el bosque como 32.4, encontrar la puerta en el muro como en 34.4.
En fin, que preguntar al futuro con el I Ching jamás te dará respuestas contundentes al estilo de las lectura de mano de las gitanas. Sólo te puede mostrar cómo es el camino que está más allá. Porque este libro no está pensado para adivinar el futuro, sino para ser una guía en el camino.
Algo como El Andariego que te encuentras una y otra vez y conoce todos los caminos. Le preguntas a él, él sabe.
En realidad, siempre estamos preguntando por el camino a casa y no vemos que, en el camino, estamos en casa. Que nunca nos fuimos de casa. En algún momento hemos perdido esa percepción, algo que nuestros amigos de otras especies saben muy bien.